La emergencia actual nos ha llevado a vivir una experiencia que parece sacada de un episodio de la serie Black Mirror. En donde cada uno está obligado a vivir en se propia capsula, teniendo el menor contacto físico posible con los demás.
Lo cual nos presenta un experimento para saber qué tan digitales somos en realidad. ¿Estamos en la capacidad de realizar nuestros pagos y compras por internet? ¿Existe realmente la logística para que lo hagamos todos al mismo tiempo sin que el sistema colapse? ¿Toda la sociedad tiene acceso a internet? ¿Somos capaces de generar dinero únicamente en el entorno online? ¿O todo esto, tan solo ha sido un espejismo de algo que creíamos tener, pero que realidad aún le falta evolucionar?
De manera constate la tecnología se introduce en nuestras relaciones. Es normal ignorar a alguien que se tiene al frente por estar pendiente del celular. Pero ahora que el contacto debe ser exclusivamente de manera virtual los deseos cambian. Desde luego, que esto modificara el comportamiento de las personas. El contacto con los seres queridos será más valorable pero también van a existir temores a las multitudes y esto cambiara comportamientos de consumo. Incluso modificará mercados por completo como el de los espectáculos, que dado el caso se puede mudar a la virtualidad al famoso sistema de “pago por ver”. Por lo menos hasta que las cosas se apacigüen.
Ese mundo off line del que tanto nos habíamos querido separar, al sembrar la premisa que todo se puede realizar desde un smartphone quizás no es tan cierta. Hasta ahora no habíamos apreciado su necesidad porque siempre lo vimos al frente de nuestros ojos y no pareciera que nada podría quitárnoslo.
El ser humano a lo largo de la historia se ha sabido adaptar con éxito a los cambios que el ambiente le ha presentado, lo cual siembra un espacio para obtener enseñanzas.
En este corto tiempo de aislamiento hemos descubierto que muchas reuniones de trabajo se pueden hacer mediante soportes digitales. Se están poniendo en evidencia los puntos a mejorar para implementar una educación virtual masiva. Además, en la época en que las ciudades buscan descongestionar el tráfico también nos estamos dando cuenta que hay profesiones que pueden funcionar desde el teletrabajo.
Según información brindada por la Organización Mundial de la Salud esta problemática no finalizará en abril y la coyuntura nos seguirá llevando a descubrir nuevas cosas porque nunca habíamos vivido una situación que nos obligará a ser realmente nativos digitales.
Rodrigo Esteban Delgado A.
Editor, Copy Estándar
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