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La humanidad digital

Durante el siglo XX la humanidad logró apreciar grandes evoluciones como la televisión a color y el viaje a la luna, pero cuando se creía que nada más podida sorprender llegó la revolución digital para apoderarse del siglo XXI.


Todo empezó con la digitalización de contenidos y como si pareciera sacado de un capítulo de la serie Black Mirror esta ola generó la digitalización de las vidas, en donde las personas ya no necesitan un espacio físico para encontrar las cosas que buscan, sino que desde un dispositivo logran acceder a un mundo en el cual pueden hallar desde el amor de su vida en Tinder hasta el trabajo soñado en LinkedIn. Además, esto se ha metido tanto en el cerebro de las personas que ya no es necesario recordar la fecha de cumpleaños de los seres allegados porque Facebook se encarga de recordarlo. Asimismo, sucede con los números telefónicos, aprendérselos parece ser una cosa del pasado y en el momento que al celular se le agota la batería con ella se va parte de la memoria.


Cada vez es más común que los usuarios prefieren solucionar sus inquietudes mediante un tutorial o un artículo encontrado en la red antes que preguntarle a un conocido; incluso se presentan casos extremos donde las personas ante una dolencia física intentan buscar respuestas en Google antes de visitar un doctor, situación que desde luego es bastante peligrosa.


La digitalización trasfiguro la forma como las personas se comunican y con esto modifico modales de comportamientos, de igual forma, planteó nuevas maneras de consumir contenido, lo que llevo a la transformación de modelos económicos que causaron asonadas en varias industrias. Se redujeron drásticamente las llamadas a larga distancia, YouTube y Spotify destronaron Tower Records, Netflix y las demás reproductoras de video en streaming sentenciaron el deceso de Blockbuster, plataformas como Booking están haciendo lo mismo con las agencias de turismo, algunas otras industrias como el cine y las librerías intentan sobrevivir brindando experiencias tanto en el consumo como en lo métodos de compra. Por otra parte, el mundo digital tiende a ir más rápido que muchas otras cosas como los estamentos que dictan las leyes, en muchos países aún no se han podido solucionar del todo las operaciones de plataformas como Uber y Airbnb que llegaron para desafiar jerarquías que se creían inamovibles como los taxis y los hoteles.


Quizás uno de los mayores cambios que se han podido apreciar es la idea que el usuario se convirtió en prosumidor, a diferencia de los medios tradicionales donde los datos iban en una sola vía, ahora cada individuo gracias a una conexión de internet puede consumir y producir información, teniendo en cuenta que la cantidad de la audiencia depende de la calidad y de los objetivos de los mismos, ya sea con una intención personal que no va mas allá de compartir incidencias cotidianas en una red social o se haga con una fin comercial que pretenda generar un alcance de público a gran escala. De esto último nace una nueva profesión denominada Influencers que pueden ser considerados como los rockstars de la era digital. La Revista Semana en un artículo publicado recientemente titulado: Los "influencers" viven su peor momento”[1]; señala que el marketing de influencia podría ser en realidad una burbuja a punto de estallar, como lo fueron 'las punto com' en los años noventa. Por otra parte, El Espectador contrasta esto con un artículo nombrado: Los 'edutubers'[2]; en donde expone el gran crecimiento de los Youtubers del segmento de la educación. Lo que dejan claro las dos publicaciones es que estos productores de contenido no son inmunes a los cambios inesperados de este entorno y solo sobrevivirán aquellos que estén en la capacidad de reinventarse constantemente porque el cementerio digital está lleno de ideas que parecían geniales pero que terminaron por perder su brillo como es el caso de: Hi5, My Space, Windows Live Messenger, entre otros.


Los críticos del entorno digital han planteado sus preocupaciones por saber a dónde va a parar toda la información compartida por las personas, incluyendo la estrictamente personal. Las redes sociales han informado que dichos datos son utilizados de manera masiva para comercializar pauta publicitaria como medio de sustentación económica tal y como se explican en las condiciones uso. El debate siempre está abierto estando latentes casos como el escándalo que afirma la incidencia de Facebook en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2016[3]. Contrario a lo que se podría pensar, estas discusiones son provechosas para el ecocistema digital dado que ayudan a regularlo. Igualmente es importante señalar que en estos entornos las personas deben de ser precavidas al igual que lo son en las calles de las ciudades y no creerse cuentos como aquella cadena de correos electrónicos la cual indicaba que el príncipe de Nigeria estaba buscando un heredero y lo único que pedía era datos personales para consignar su fortuna, desde luego que todo termino siendo un engaño en la que lamentablemente cayeron muchos ingenuos.


Se tiende a pensar que las redes sociales alejan a las personas que están cerca y acercan a las que están lejos. Como se planteó anteriormente la era digital tiene sus pros y sus contras, pero sin duda alguna todo esto pretende en gran medida solucionar la vida de las personas, ya no es necesario ir a un campus físico de una universidad para estudiar una carrera lo cual mejora la accesibilidad a la educación, se pueden hacer tramites sin ir a una oficina, transacciones sin ir a un banco. Siendo esto algo muy positivo en las ciudades cada vez más congestionadas e incluso si se indaga más allá se podrá notar que el uso digital en muchos casos reduce la huella de carbono que es una de las preocupaciones de la actualidad.


La transformación digital llego para quedarse y está dejando marca en el desarrollo de la humanidad sucediendo que: quien se niegue a incluirse en ella corre el riesgo de quedar rezagado como el hombre de las cavernas.


Rodrigo Esteban Delgado A.

Editor, Copy Estándar


 

[1]Revista Semana. (2019). Tendencias: Los "influencers" viven su peor momento: ¿se acerca su fin? Bogotá. Recuperado de: https://n9.cl/6qln


[2] El Tiempo. (2019). Tecnología: Los 'edutubers', una tendencia que quiere tomarse a YouTube. Bogotá. Recuperado de: https://n9.cl/2xoi


[3] El Espectador. (2019). El Mundo: Lo que tiene que entender sobre el escándalo de Facebook. Bogotá. Recuperado de: https://n9.cl/ba0u

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