Después de mucho ir y venir, el proyecto de Ley 167, conocido como “la ley de la comida chatarra” tuvo un avance significativo, al ser aprobado en el segundo debate en la Cámara de Representantes el pasado 21 de octubre.
En pocas palabras con esto se busca, tanto los alimentos como las bebidas ultra procesadas, con altos contenidos de azúcares, sodio y grasas saturadas lleven etiquetas frontales que lo informen. Todo con el fin de prevenir el aumento de enfermedades como la obesidad, la diabetes, las complicaciones cardiovasculares y distintos tipos de cáncer.
Durante los últimos cuatro años, la fundación de padres de familia Red PaPaz con el apoyo del partido político Alianza Verde, han luchado para que esto se haga realidad en Colombia, pero se han enfrentado con el poderoso ‘lobby’ de la industria que se ha encargado de hundir las anteriores iniciativas.
A pesar de haber conseguido un triunfo importante, consideran que la felicidad no fue completa porque no se incluyeron las regulaciones severas que pretendían limitar la publicidad de estos productos. Entre las que se destacan frenar la pauta en la franja familiar y la prohibición de todo tipo de gancho comercial usado para atraer la atención de la población infantil, tales como los personajes, juguetes e incentivos.
Chile, en 2016 fue el pionero en este tipo de leyes y en Colombia se plantea implementar su mismo sistema de etiquetado que se basa en un conjunto de octágonos negros que aparecen en la parte frontal del empaque cuando el producto tiene exceso de algún ingrediente crítico para la salud. Esto con el fin de desincentivar consumo, pretendiendo hacer un efecto parecido a los mensajes de advertencia que están presentes en las cajetillas de cigarrillos.
Un informe publicado en la revista Nutrients, acerca de una investigación liderada por la Universidad Javeriana y la Universidad Nacional, respaldaron que los sellos octagonales son los más efectivos para este fin.
El estudio se realizó con 2.000 voluntarios entre los hallazgos encontrados se puede resaltar que: el 49% de los participantes expresó que los sellos octagonales los disuadía de consumir productos ultra procesados, contrastados con el 27% que eligieron los triangulares y el 21% los circulares.
Además, frente a dos bebidas de frutas, el 84% identificó que tenía más azúcar la que portaba el etiquetado octagonal.
Por su parte Red PaPaz, afirma que los otros tipos de etiquetado que se han intentado implementar para informar al consumidor han sido ineficaces por las siguientes razones:
La tabla nutricional suele estar atrás con un tamaño pequeño y no está diseñada para orientar al consumidor, solo reporta el contenido de los nutrientes.
El GDA (Guías Diarias de Alimentación), es un etiquetado frontal que presenta los mismos datos de la tabla nutricional y se desconoce las recomendaciones de expertos independientes en el área.
El semáforo, también es un etiquetado frontal, pero es de carácter interpretativo y por esta razón suele ser confuso porque el empaque presenta siempre tres opciones simultáneamente.
Mientras que el etiquetado octagonal, según los ponentes, le presenta la información al consumidor de manera clara, veraz, sencilla y rápida sobre el contenido nutricional de los productos comestibles.
Para determinar quiénes son merecedores de portar los octágonos, se prevé que, dentro de los 12 meses siguientes a la entrada de vigencia la ley, se desarrolle una mesa técnica conformada por el Ministerio de Salud, Ministerio de Comercio, Viceministerio del Agua y el Subsistema Nacional de Calidad, con el fin de formular un reglamento técnico acerca del etiquetado nutricional.
Cuando el río suena, piedras trae. A pesar que esta iniciativa en el pasado se ha visto diezmada, tarde que temprano se va a convertir en una realidad. Esto quiere decir que desde el entorno de la publicidad y el mercadeo es mejor irse preparando para este cambio que puede presentar alteraciones sustanciales. Por ejemplo, pueden existir productos que se comercializan como light, fitness y libres de grasa, pero terminen portando estas etiquetas.
Incluso, en países donde esto se ha aplicado más severamente, se han presentado circunstancias que afectan por completo la arquitectura de marca. En México, con el argumento de proteger a los niños, Bimbo se vio obligada a retirar su icónico oso de sus empaques porque se prohibieron el uso de los personajes para promocionar productos alimenticios ultra procesados.
Pero no todo es negativo, en Chile, se ha presentado un fenómeno interesante, donde algunas marcas se han tenido que adaptar a esta nueva normalidad. McDonald’s, modificó la cajita feliz. Ahora la carne es más delgada, la hamburguesa no contiene mayonesa ni queso, las papas fritas son pequeñas, la sal es mínima y el jugo es bajo en calorías. Asimismo, la barra de cereal Quaker, redujo sus niveles de grasa, sal y azúcar del 40% al 16%.
Rodrigo Esteban Delgado A.
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Bibliografía
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-Presentación instruccional. Red PaPaz, Colombia. Recuperado de: https://cutt.ly/MgOPblv
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