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La psicología del color


En los textos, la ubicación de un solo signo de puntuación puede cambiar por completo el sentido de una idea y el color juega un papel similar en la composición gráfica.


Para entender todo, es importante señalar que el color es energía y proyecta gamas de radiaciones electromagnéticas que provocan estímulos. Aquí es donde la psicología del color entra a jugar un papel protagónico al interpretar los efectos que genera sobre las personas.


Por esto, antes de elegir el color se debe analizar el objetivo de comunicación para contar con un mensaje congruente, teniendo en cuenta variables como: los lineamientos de la marca, el tipo de producto y el segmento de mercado. Todo esto para evitar contradicciones. Por ejemplo, presentar un café descafeinado con un empaque rojo sería un error fatal porque este color refleja alteración y es precisamente todo contrario lo que el producto desea expresar.


De tal forma, es que el color tiene influencia en la identidad de marca, en el posicionamiento y desde luego en las ventas. Marlboro, empezó a crecer en el mercado en el momento que incluyó el rojo en sus empaques. Orange Crush – que pertenece al portafolio de Coca Cola-, en un principio se comercializaba en una botella marrón y solo pudo despegar con éxito cuando se decidió cambiarla por una trasparente, dejando al descubierto la tonalidad naranja de la gaseosa. Caso contrario pasa en la industria farmacéutica en donde por estrategia se suele esconder el color de los productos por tender a ser poco deseables.


De una manera resumida este es el significado de los principales colores.


El rojo, es un color con múltiples personalidades, todo depende del contexto en que se utilice. Por una parte, logra expresar amor, alegría, sensualidad y pasión, mientras que, por otra, rebelión, sangre, triunfo, fuego y virilidad. Por esta última razón es utilizado para promocionar productos como carros, cigarrillos y espumas de afeitar.


Al ser un color tan fuerte, inspira el dinamismo, por eso es usado en empaques de productos que se compran por impulso como en las chocolatinas de bajo costo al igual que funciona bien en el segmento de las comidas rápidas.

Además, cuenta con la cualidad de ser imposible de ignorar, por eso es utilizado en extintores y señales de advertencia.


El naranja, está presente en el fuego, por eso es asociado con la luminosidad y la exaltación. También se puede ver en el otoño y esto hace que represente momentos de cambios.


En grandes cantidades es difícil de manejar, porque atiborra el campo visual. Por tal motivo no es recomendable usarlo en mensajes que pretendan comunicar seriedad.


En los contextos que funcionan mejor, son en los que se desean transmitir diversión y juventud. Al igual es apto en los empaques de productos que contienen tomate.


El amarillo, al estar también presente en el fuego, da la sensación de luz y calor. Es considerado como el color del buen humor, por esta razón está incluido en los emoticones.


Cuando se combina con negro atrae mucho la atención visual, un ejemplo claro de esto son las señales de tránsito.


Es ideal para los productos que contienen maíz y limón, al igual que para las cremas bronceadoras de la piel.


El verde, es uno de los colores de la naturaleza, por eso es asociado a la calma, frescura y esperanza.


Además, es un símbolo de buena salud y funciona bien en los productos que desean comunicar que son amigables con el medio ambiente y que no contienen conservantes.


El azul, es un color que se suele relacionar con el agua, el aire y los océanos. A grandes rasgos inspira libertad, paz, relajación, sabiduría y juventud.


Cuando se combina con blanco da la sensación de hielo y lo hace perfecto para productos que se consumen fríos como la cerveza y el agua embotellada. En donde no le va bien es cuando se diseñan alimentos con este color, casi que por una reacción innata de supervivencia heredadas de los neandertales se tienden a rechazar.


El negro, es de esos colores que tiene varias facetas, por un lado, se asocia con la muerte, el luto y la soledad, pero por otro con la nobleza, la distinción y la elegancia. Además, su vínculo con la noche le hace tener un carácter misterioso.


Es ideal para promocionar productos del segmento premium y se utiliza mucho en la publicidad para generar contrastes que hagan sobresalir otros colores.


El blanco, parece simple, pero es complejo. La luminosidad que evoca contrasta bastante con su silencio y frialdad. Simboliza la pureza, la perfección, juventud, elegancia, paz y salubridad.


Es el compañero de casi todos los colores, menos del amarillo y el naranja en sus tonalidades más cálidas. Funciona especialmente bien en los productos de limpieza y los relacionados con la salud.


El gris, es misterioso, pero en ciertos contextos puede comunicar inseguridad. También representa vejez y se suele relacionar con la mugre. En la publicidad pocas veces suele tener un papel protagónico, generalmente se utiliza para crear contrastes.


El marrón, es asociado a la tierra y a la madera. Denota confort, vida saludable y cotidianidad. Es un color masculino y puede usarse en cualquier tipo de producto diseñado para hombres.


El purpura. Su significado se debe a algo cultural. Se estima que este color fue descubierto en la antigua Roma durante el siglo III A.C. Era difícil de producir y esto lo hacía costoso. Por esto es un color asociado a la realeza y después se convirtió en uno de los colores predilectos del Vaticano.


Gracias a esta simbología está muy presente en las ceremonias religiosas y ocasionalmente se usa en la publicidad para promocionar productos de alto valor.

El rosado, es un color romántico, que comunica suavidad, feminidad e intimidad. Aunque se ha vuelto un cliché, se suele usar en los productos que están diseñados para mujeres.


Por último, es importante resaltar que la forma es el cuerpo de las cosas y el color es el alma que las define.

Rodrigo Esteban Delgado A.

Editor, Copy Estándar

 

Bibliografía

-L. Dupont. (2004). 1001 trucos publicitarios. Barcelona, España. Ediciones Robinbook. P. 180-190.

-A. López. (2014). Curso diseño gráfico, fundamentos y técnicas. Madrid, España. Ediciones Anaya Multimedia. P. 95-99.

-B. Florez. (2010). Guía para diseñar una marca. Santiago de Cali, Colombia. Universidad Autónoma de Occidente. P. 140- 147.

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